25/10/09

Ximpleries progressistes

Avui després d’un temps sense actualitzar el blog em permeto recomenar un article aparegut avui a La Vanguardia del periodista i escriptor Toni Soler, realment clar i directe i amb el toc d’humor característic que posa de manifest els debats estèrils en els que alguns politics entren, obviant la realitat del País.
"Feliz invierno
ASESORAR. "Que todos se permitan asesorar al Príncipe pero que nadie decida por él".Ahora mismo no sé si la frase la escribió Nicolás de Maquiavelo o la he oído en una película, pero estoy seguro de que la mayoría de nuestros gobernantes la suscribirían; por algo los consellers se hartan de nombrar consejos asesores de carácter independiente, a los que finalmente hacen poco o ningún caso, porque sus miembros poco o nada saben de política, que es de lo que se trata. Entonces, ¿por qué los crean? Pues, en el peor de los casos, para devolver favores pasados, asegurarse favores futuros y dar salida al compañero de partido que siempre se queja de que no pilla cacho. Y en el mejor, para proyectar ante la opinión pública la imagen de que se ejerce una gobernabilidad abierta, sensible a la opinión de los expertos, aunque sean más o menos independientes. Claro que esto tiene sus riesgos, como por ejemplo que los asesores se lo crean e intenten honradamente (o no) administrar su consejo y elevarlo al conseller de turno que, si no lo atiende, puede ser acusado de autista o sectario, o ambas cosas.
NAVIDAD. Algo así le puede ocurrir al conseller Ernest Maragall con el Consell Escolar de Catalunya. Que conste que este organismo no es un capricho del actual titular de Educació, sino una consecuencia de laLODEyde la legislación educativa catalana, y que sus miembros no son de elección digital sino corporativa, es decir, representan a maestros, alumnos, padres y madres, municipios, universidades, sector privado, etcétera. Lo cuál no es ningún consuelo para Maragall, que tiene sobre su mesa el acta de la reunión celebrada por el Consell Escolar el pasado día 9 de octubre, en la que se decidió, por acuerdo mayoritario de los asistentes, proponer que las vacaciones de Navidad pasen a denominarse "vacances d´hivern", y las de Semana Santa, "vacances de primavera". Con ello se pretende llevar la laicidad educativa a las últimas consecuencias, y no ofender las creencias de una parte de la población que reza a otro Dios o a ninguno. Éramos pocos y parió la burra, se debe decir Maragall. Y también Montilla, cuya divisa, en teoría, es que el Govern debe intentar resolver problemas, y sobre todo no crear problemas nuevos.
NOMBRES. Pues esto será un problema, y traerá cola, porque este país no se formó ayer, y tiene una tradición, e incluso a los no creyentes nos parece una tontería cambiar una nomenclatura que no molesta a casi nadie, pues no supone imposición alguna; y que refleja, se quiera o no, cuáles son nuestros referentes históricos y culturales. Pero es que encima el cambio no servirá de nada, porque las navidades seguirán siendo las navidades, porque así lo quiere la Iglesia, y el Corte Inglés, los catalanes de a pie que hemos crecido con el Tió y el Belén, y los catalanes de nuevo cuño, que quizá rezan a un Dios distinto pero saben en qué país han decidido enraizarse, y por lo general (imanes barbudos a parte) tienen más sentido común que algunos que dicen hablar en su nombre. Parece mentira: Con la que está cayendo, con lo cuestionado que está el sistema educativo, y algunos prefieren meterse en berenjenales que quizá algún día nos llevarán a sustituir el puente de la Purísima por el puente de Otoño, y a rebautizar al conseller de Obras Públicas como Joaquim Hivern.No sé yo si Maragall consentirá en dar un paso tan temerario que, si da votos a alguien, no será a su partido, sino a Iniciativa, y en mayor medida a la oposición."